En los últimos años, internet se ha construido a base de clics. Sin ello nada tiene sentido. Un inquietante dato conocido durante el primer semestre de este año, augura un profundo cambio en la manera de interactuar de los usuarios con los servicios digitales. En ese momento más de la mitad de los resultados obtenidos a nivel mundial no generaron ningún clic, según un informe de SparkToro y Jumpshot.
¿Por qué? A medida que el motor de búsqueda de Google, el más utilizado del mundo, ha evolucionado, también lo ha hecho la manera de presentar los intereses de los consumidores.
Las búsquedas con cero clics alcanzaron el 50,3%, mientras que el 44,3% de las búsquedas se tradujeron en tráfico orgánico -el generado a partir de un clic en el enlace- y el 4,4% en los anuncios. Otro descubrimiento interesante ha sido la evolución experimentada por los clics en búsquedas. Desde 2016 hasta el presente se ha producido un aumento en el porcentaje de búsquedas con cero clics (de 43,9 a 49,75 por ciento) y clics pagados (de 2,10 a 4,14 por ciento), mientras que los clics en páginas externas han ido descendiendo a lo largo de este periodo (de 54,01 a 46,12 por ciento).
¿A DÓNDE FUERON LOS USUARIOS?
Si tantas solicitudes de información no desembocaron en la apertura de un enlace ¿adónde fueron los usuarios? El buscador, desde hace tiempo, ha implementado funciones más prácticas como mostrar los resultados directamente en página. Eso ha facilitado las cosas en la mayoría de las interacciones. Peticiones recurrentes como la fecha de fallecimiento de un personaje famoso o la cartelera del fin de semana se pueden conocer de manera más ágil directamente desde la primera página de resultados. Sin necesidad, por tanto, de continuar una búsqueda. Google está encerrando a sus usuarios en su propia plataforma.
Además, la compañía está pivotando hacia resultados más afinados. En su modificación anual de su algoritmo de organización, el buscador acaba de añadir el modelo BERT (Bidirectional Encoder Representations Transformers) para procesar el lenguaje natural de manera más apropiada. Los términos de búsqueda introducidos por los usuarios cambiarán, lo que obligará a las páginas a adaptarse nuevamente si quieren aparecer en las primeras páginas de resultados, lo que les garantiza mayor audiencia.
Este cambio de paradigma ha supuesto, sin embargo, un gran impacto a nivel mediático. Google se mueve a dos velocidades: la primera, su compromiso por indexar contenidos informativos de manera gratuita y, segundo, su verdadero modelo de negocio: la publicidad digital, que junto con Amazon y Facebook acumulan más del 80% de las inversiones a nivel mundial. Y en ese terreno, basado en campañas conocidas como SEM, es donde quiere empujar aún más su facturación.
De hecho, según se desprende del balance trimestral, el negocio del coste por clic (CPC, por sus siglas en inglés) ha caído un 2% en comparación con el anterior trimestre al año anterior. Se trata de la cantidad que los anunciantes invierten cada vez que un usuario pincha en el anuncio que aparece en la publicidad de resultados. Los clics pagados -el número de veces que los usuarios pulsan algún vínculo de publicidad- aumentaron, desde un punto de vista interanual, un 18% y un 1% respecto al anterior trimestre.
Estas decepcionantes ganancias se producen, además, en un momento delicado, cuando la empresa estadounidense se enfrenta a nuevos desafíos antimonopolio y sus empleados han condenado algunas de las políticas internas. La caída de sus beneficios se debió a un aumento de la inversión en los servicios en la “nube”, convertido en una de sus principales líneas de negocio.